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María Ángeles Nadal de Uhler
La reforma del ejército español, emprendida por Manuel Azaña en el primer bienio republicano, se fundamenta en unos determinados principios teóricos, largamente meditados y firmemente asentados en la concepción política del primer ministro de la Guerra de nuestra II República. Esta fundamentación doctrinal es claramente detectable en la aportación azañista al debate teórico que, sobre el ejército, tuvo lugar en los años veinte en nuestro país, como reflejo del contemporáneo europeo. Azaña contribuyó con numerosas intervenciones y, en especial, con un amplio ensayo, de 1919, "Estudios de política francesa. La política militar", aquí aumentado. En este trabajo se ponen de manifiesto las líneas de fuerza inspiradoras de su filosofía política militar, plasmadas en el mencionado ensayo y realizadas, en su momento, por el conjunto de disposiciones y decretos que conformarán la reforma de la institución castrense. Azaña partiendo de un profundo conocimiento y reflexión sobre el pensamiento político militar de la III República francesa traza, nítidamente por primera vez, los límites entre técnica y política militar. Esta adquiere en su visión una categoría eminentemente ética. Desde ella, someterá a una revolucionaria redefinición a los conceptos y valores tradicionales de la milicia: ejército, patriotismo, honor, disciplina, etc., que presentan así una nueva y democrática dimensión moral. Todo ello, enmarcado a su vez coherentemente en una filosofía radicalmente civilista y pacifista que concuerda no solamente con el imaginario republicano español, sino también con la correspondiente doctrina pacifista y democrática de las más avanzadas naciones europeas de la época
