Uno de cada seis españoles tiene más de 65 años, marcando una tendencia que apunta un paulatino y prolongado proceso de envejecimiento de la sociedad española. Por tanto, este es uno de los principales retos sociales, políticos y económicos que es necesario afrontar desde una posición de avances en el desarrollo del Estado de Bienestar, para adaptarlo a las necesidades que determinan los nuevos equilibrios demográficos.