La L 3/2004, de Medidas de Lucha contra la Morosidad, no surtió plenamente el efecto deseado, ya que la realidad sigue reflejando una morosidad elevada que se acentúa en estos momentos de crisis económica. Una reciente reforma parcial de la norma, que entró en vigor el pasado día 7 de julio, introduce medidas dirigidas a impulsar su cumplimiento, incluyendo, entre otras, la eliminación de la posibilidad de pactar plazos de pago que superen los máximos legales y la amortiguación de barreras psicológicas que impiden a los acreedores reclamar en casos de incumplimiento.