José Enrique de Ayala
El Tratado de Lisboa ya ha mostrado sus limitaciones y la viabilidad de reformarlo es prácticamente nula. Será necesario explorar todas sus posibilidades con ánimo constructivo.
La crisis financiera, económica y política que vive, en mayor o menor medida, gran parte de los países europeos ha puesto de manifiesto la escasa capacidad de los mecanismos actuales de la Unión Europea para promover y gestionar una respuesta comunitaria a situaciones graves, además de provocar reacciones nacionales dispares y en ocasiones claramente insolidarias con el resto de los socios de la Unión.
El euro ha llegado a estar en cuestión, y probablemente el peligro no ha pasado aún. Los ataques especulativos contra la deuda soberana de algunos países de la zona euro, empezando por Grecia, tardaron más de dos meses �hasta el 8 de mayo� en encontrar una respuesta creíble con la aprobación del mecanismo europeo de estabilización, un fondo de rescate de 750.000 mil