El Siglo de Oro español tiene su importante espacio en la literatura universal. En todas las partes del mundo hoy considerado civilizado, admiración y respeto se merecen aquellas preclaras personas. Pero por obvias razones, Madrid tiene un compromiso especial con quienes aquí ejercieron su trabajo, y muy especialmente, entre otros, con quien es llamado el Fénix de los Ingenios. En lo superficial -que también tiene su trascendencia-, Madrid ha respondido: monumentos, lápidas y toponimia son testimonio de una memoria mantenida. Formas importantes, pero en el campo de lo menos trascendente, reservando para lo fundamental su obra literaria. ¿Se procura su conocimiento? Creemos que muy escasamente. Mostrando en estas páginas las huellas que en Madrid se mantienen, se ha pretendido incitar al conocimiento de lo verdaderamente importante.