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Pedro de Valpuesta, pintor, licenciado y sacerdote en el Madrid de Felipe IV, fue un artista apreciado en su tiempo, del que tenemos noticia gracias a Lázaro Díaz del Valle y a Palomino. A pesar de que han llegado hasta nosotros dos lienzos firmados, los documentos que se habían localizado sobre su vida y actividad eran escasos. El hallazgo del inventario, tasación y almoneda de sus bienes nos permite ahora conocer las pinturas que tenía en propiedad en el momento de su muerte, así como la valoración que alcanzaron en la tasación y el curioso modo en que fueron vendidas. Finalmente se propone un sencillo modelo metodológico para refundir la dispar información que sobre las pinturas proporcionan los documentos notariales.
