El objetivo de estas líneas es analizar el papel que juega y debe jugar la memoria de las victimaciones sufridas. Se da a la noción de víctima una dimensión moral, según la cual es víctima no meramente la persona que sufre sino aquella que sufre por una iniciativa atribuible, directa o indirectamente, a otro ser humano y que debe ser calificada como injusta según el criterio de los derechos humanos tomados en su indivisibilidad e interdependencia. Se comienza explorando primero la memoria subjetiva de las víctimas, para pasar luego a estudiar las objetivaciones en las que puede plasmarse, el deber de acogida de la ciudadanía y los usos públicos que pueden hacerse de los recuerdos de las victimaciones y los relatos en los que se plasman.