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Fernando Valdés Dal-Ré 
El 9 de febrero de 2010, las confederaciones sindicales de CC.OO. y de UGT, de un lado, y las confederaciones empresariales CEOE y CEPYME, de otro, han firmado el «Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva 2010, 2011 y 2012» (AENC), recuperando así una práctica contractual inaugurada por el Acuerdo para la negociación colectiva de 2002 y proseguida luego de manera ininterrumpida hasta 2008. La pertenencia del AENC a la cadena de acuerdos interprofesionales de la última generación, la de la década del presente siglo, se aprecia por la identidad existente entre los elementos estructurales de aquél y de estos otros. Todos ellos comparten una misma finalidad, utilizan una técnica similar para el logro del objetivo confesado y poseen una idéntica naturaleza. La finalidad de este Editorial es analizar el contenido del AENC, deteniéndose de manera especial en las novedades que el mismo aporta en relación con los acuerdos predecesores y que, en lo esencial, se sustancian en las dos siguientes: fijación de los criterios en materia salarial y vigencia de las recomendaciones y orientaciones pactadas.
