El diseño decimonónico que ha caracterizado la estructura atomizada de los órganos judiciales españoles dará paso a un nuevo sistema de organización de la Administración de Justicia que pretende ser más ágil, eficaz, eficiente y racional, apostando por la generalización de las nuevas tecnologías. La Nueva Oficina Judicial (NOJ) instaura un modelo sustentado en unidades de apoyo directo y servicios procesales comunes, mientras deposita su confianza en el expediente judicial digital como vía para abandonar gradualmente el formato papel. Pese al acuerdo en la necesidad de un cambio, los sectores implicados no ocultan sus dudas en aspectos como la inversión, la dificultad para que los edificios judiciales se adapten a la nueva estructura y las distintas velocidades de implantación que pueden darse en las Comunidades Autónomas con competencias transferidas.