Los fondos de pensiones privados son más costosos e injustos que los sistemas públicos de pensiones, basados en el reparto y en la solidaridad. Los fondos privados se denominan engañosamente fondos de pensiones para poder justificar mejor que el Estado establezca desgravaciones fiscales para apoyarlos, cuando en realidad son meros depósitos de ahorro que sobre todo benefician a los Bancos, que hacen un inmenso negocio, y a los ahorradores de rentas altas.