José Luis Manzanares Samaniego 
La regulación de la libertad vigilada en nuestro arsenal punitivo ha experimentado un cambio radical respecto a la primera versión del Anteproyecto en 2008. La propuesta de una pena con tal nombre ha dejado paso a una medida de seguridad, como era obligado a la vista de su naturaleza. No hay duda, y no debió haberla habido nunca, sobre cual era su fundamento en la alternativa entre culpabilidad y peligrosidad. Sucede, sin embargo, que pese a los cambios en la normativa propuesta continúa siendo muy deficiente.