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Este texto rinde homenaje a Romain Gaignard en su doble condición de geógrafo del continente americano y uno de los pioneros del latinoamericanismo en Francia. En este marco, el autor explicita la legitimidad actual de los estudios sobre las Américas apoyándose en elementos históricos y geográficos sobre su unidad que no desconoce la subregionalización, las especificidades ni los particularismos. De allí la vigencia de hablar de Las Américas en plural pero igualmente de evocar las dinámicas recientes de convergencias en el contexto de la globalización. Las influencias mutuas entre la América del norte y la América latina alrededor de problemáticas como la migración son uno de los ejemplos más significativos de este cruce de sujetos de interés que no se pueden evocar desde una sola de las subregiones del continente.
Para Francia y para Europa en general, reafirmar la vigencia de los estudios sobre Las Américas corresponde a un imperativo científico y también político en tanto que la América latina y la América del norte se constituyen en los dos otros pilares del mundo occiental. Este "triángulo atlántico" como paradigma de unas relaciones internacionales equilibradas alrededor de los valores de la democracia, las libertades y la justicia.
