Acceso usuarios
David Silverman, Gini Graham Scott, Brad Gilbreath, Lauren Sontang
David, un gerente de proyecto con el talento para crear tableros de gestión, está frustrado por causa de su jefe represor y microgestionador llamado Thaddeus y conocido como �el Comandante�. Habla una y otra vez del punto más alto de su (hoy estancada) carrera, convoca reuniones �urgentes� que son innecesarias y trata de eclipsar a sus subordinados directos (para colmo homenajea con zalamería a una estudiante en práctica que ordena unos archivos). David se las ha arreglado para impresionar a Irving, el vicepresidente ejecutivo de Finance Europe, lo suficiente como para que le haga una oferta de trabajo; aunque es una movida lateral sin aumento de sueldo. ¿Qué debería hacer? Debería quedarse donde está, al menos por ahora, dice Gini Graham Scott, escritora, consultora y charlista motivacional. Mientras tanto puede formar una red de apoyo con sus colegas, hacer un esfuerzo especial para encontrar placeres fuera de su trabajo e incluso tratar sutilmente de mejorar sus relaciones con el Comandante.
Brad Gilbreath, ex gerente de recursos humanos y actual profesor de Colorado State University, le aconseja a David que arranque de Thaddeus por el bien de su salud. Las investigaciones muestran que la conducta de los jefes puede elevar la presión arterial o causar problemas psiquiátricos en sus subordinados.
Si aprende a poner límites, dice Lauren Sontag, presidenta de una firma consultora especializada en coaching ejecutivo, desarrollo de liderazgo y gestión del talento, David podría mejorar sus relaciones con Thaddeus. Pero al aceptar la oferta de Irving, podría tener más posibilidades de progresar. David también podría proponer un �centro de excelencia� para los tableros de gestión que sirva tanto a Thaddeus como a Irving.
