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Manuel Medina Ortega 
Estados Unidos se convirtió en la potencia hegemónica mundial tral la caída del muro de Berlín en 1989. A pesar del colapso del bloque soviético, la potencia norteamericana ha continuado preocupándose por controlar las comunicaciones, manteniendo su presencia militar en lugares muy distantes del planeta como el Caribe, el Atlántico Norte, el Índico, Oriente Medio o Asia Central y Oriental. Por ello, carece de sentido hablar de geopolítica en una situación como la actual en la que Estados Unidos controla las grandes rutas aéreas y navales y tiene a su alcance el control de las comunicaciones terrestres. Lo que ahora se plantea no es el dominio del mundo, sino la organización del dominio del mundo en manos de esa potencia.
