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El presente artículo tiene como objetivo realizar una reflexión sobre el fenómeno de la representación parlamentaria y las claves fundamentales que priman en la constitución de las cámaras de representación después de los correspondientes comicios electorales, a través del estudio de caso concreto de las recientes elecciones generales de 2008. Desde el punto de vista de la representación, España presenta un panorama en el que semezcla un sistema electoral que genera unos efectos sumamente artificiales y artificiosos, con una cultura política de centro-izquierda. El sistema electoral, por su parte, decanta la victoria hacia los partidosmás grandes que cuentan con los votosmuy concentrados por provincias, esto es, los socialistas, los populares y los nacionalistas.Mientras, la cultura política de los ciudadanos les predispone a un comportamiento político que orienta el voto hacia formaciones como el Partido Socialista Obrero Español (psoe). Con todo, el escenario previo a las elecciones generales de 2008 presentaba unas características propias y específicas que hacían estos comicios diferentes a los demás. A saber, en primer lugar, salíamos de una legislatura bronca, tras el brutal atentado del 11-My las relevantes modificaciones sociales puestas enmarcha por parte del gobierno socialista. En segundo lugar, ha habido debates en televisión tras quince años de ausencia de losmismos. Y, por último, cabe señalar el papel jugado por los sondeos pre-electorales, cuyo oráculo apuntaba a un empate técnico entre el psoe y el Partido Popular (pp), por lo que las llamadas al voto útil eranmuy recurrentes. El resultado final por ello ha sido el incremento del bipartidismo y la cuasi extinción de terceras fuerzas políticas del país, como Izquierda Unida. Este panorama requiere, en consecuencia, una reflexión que va más allá del estudio de caso del 2008 y se ciñe en cómo se articula el fenómeno de la representación en España, a través del análisis de sus actores políticos y del propio sistema electoral.
