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Beatriz Verdera Izquierdo
En los últimos tiempos ha cobrado un gran auge una opción turística que se denomina turismo residencial. A través del mismo los sujetos, generalmente familias, se trasladan a determinados destinos turísticos tradicionales, si bien, al margen de la oferta hotelera general y, usualmente a través de contrataciones realizadas por internet. En la mayoría de ocasiones arriendan un alojamiento, como una forma de uso y disfrute de un inmueble con toda una serie de prestaciones complementarias. A consecuencia de tal hecho surge toda una problemática que es necesario solucionar fijando el régimen jurídico aplicable, el cual abordamos en el presente estudio doctrinal.
