En la primera entrega de su artículo, los autores repasan la evolución histórica de la figura jurídica del Defensor desde su origen en Suecia (Ombudsman) hasta la actualidad en España, donde se ha desarrollado en seis Servicios Autonómicos de Salud. Tras la introducción el trabajo se detiene de forma específica en las funciones del Defensor del Paciente del Sistema Sanitario de Madrid, que tienen singularidad propia en relación con otras Defensorías conocidas. La garantía de independencia de éste órgano en sus actuaciones, el procedimiento de gestión de las quejas, el carácter de su dictámenes jurídicos, la posibilidad de promover al pacto económico amistoso o la mediación extrajudicial, son algunas de sus características. La mediación, que es flexible y voluntaria, evita el largo y costoso proceso judicial.