El sistema Tierra es finito, tiene unos recursos limitados que exige preguntarse sobre los límites del crecimiento demográfico y económico de la humanidad. Los análisis que se han llevado a cabo parecen apuntar a que la cantidad de personas que la Tierra puede acoger ya ha sido sobrepasada, teniendo en cuenta la extensión del territorio biológicamente productivo y los niveles de agua dulce que son precisos para poder atender a las necesidades de tanta población.