Desde que tuvo lugar la expulsión de los talibanes de Afganistán, se ha pretendido equiparar el creciente respaldo que obtienen en las pobladas zonas pastún afgano-pakistaníes con una expresión del sentimiento nacionalista pastún contrario a la intervención extranjera en Afganistán. Si bien esta opinión puede encerrar una parte de verdad, lo cierto es que se trata más bien de una estratagema para encubrir determinados objetivos estratégicos de ambiciosos intereses creados en la región, fruto del fracaso de las iniciativas de la comunidad internacional en la región. Tras la derrota de los talibanes en Afganistán en 2001, estos, y sus aliados yihaidistas, han tomado las Áreas Tribales bajo Administración Federal (FATA), para atacar desde ellas a las tropas norteamericanas de la OTAN tanto en Afganistán como en Pakistán.