Los valores de la izquierda siguen siendo un referente ético y necesario para terminar con un neoliberalismo que ha hecho del egoísmo capitalista la causa principal de la actual deriva hacia la injusticia social, las desigualdades y la pobreza. Los resultados históricos del socialismo democrático lo avalan como modelo de convivencia, cuyo palmarés de conquistas sociales y denuncias morales no ha sido alcanzado por ningún otro colectivo ideológico. Es necesario que la socialdemocracia retome las riendas y que se rediseñen nuevos esquemas, que pueden encontrar en las ciudades sus referente fundamental de regeneración.