El pensamiento liberal presenta la relación entre protección social y eficiencia económica como negativa, asegurando que el elevado gasto público social y la regulación de los mercados que existe en España y en la Unión Europea causan una ineficiencia económica de estos países con respecto a Estados Unidos. Sin embargo, el análisis del modelo estadounidense demuestra que esta aseveración es errónea. Los servicios y transferencias del Estado de Bienestar (como sanidad y pensiones) están privatizados en Estados Unidos y se costean como cotizaciones de las empresas que cargan al factor trabajo los costes de la protección social, lo que les resta competitividad.