El transporte por carretera es una actividad profesional compleja, sometida por los organismos oficiales a estrecha vigilancia en el cumplimiento de las normas legales que la afectan, y en la que clientes, así como el resto de intervinientes de la cadena logística, se aseguran por contrato su derecho a evaluar/ auditar que sus exigencias son correcta y eficazmente aplicadas por el transportista. Todo ello desarrollado en un entorno laboral exigente en esfuerzo y horas de trabajo, y en el que algunos de sus trabajadores, sobre todo los conductores, están en una casi permanente exposición al riesgo, con probabilidades de sufrir un accidente de imprevisibles consecuencias.