A lo largo de los más de 150 años de historia del ferrocarril en Madrid las estaciones, que inicialmente fueron proliferando, en manos de las diversas compañías explotadoras, han sido elementos esenciales en la evolución de la estructura urbana de la ciudad. Los cambios políticos, económicos y sociales han tenido impactos variados en su evolución. Se han transformado y remodelado en varias ocasiones y en los últimos años han sufrido los cambios más importantes, con la transformación de la estructura ferroviaria, su función y sus características. En la actualidad las antiguas estaciones o han desaparecido, o han cambiado su función, convertidas en museo o centro comercial, o son sólo una parte de las nuevas instalaciones, conservadas como símbolo de era industrial moderna. Ya no son sólo el puerto de conexión con el territorio lejano, ahora constituyen una pieza clave en la estructura de todo el sistema de transporte, intermodal, interconectado y generador de la nueva movilidad de los habitantes de la ciudad.