La crisis económica causa una gran alarma por su profundidad. Parece que el sistema capitalista se enfrenta a una situación muy difícil, que se puede llegar a percibir como caótica. De hecho, en las sociedades cómodamente instaladas en la democracia liberal capitalista, que hasta ahora han disfrutado de una eficaz provisión de libertades, derechos y riquezas, empieza a percibirse incertidumbre ante el futuro y malestar por la falta de respuestas solventes para salir de la crisis. Sería necesario que la izquierda comenzara a pensar en alternativas al sistema en términos internacionales, para conjurar el caos y hacer visible el realismo de la esperanza.