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Los cambios que se producen en nuestra sociedad nos obligan a formarnos a lo largo y ancho de toda nuestra vida, para no ser excluidos de su seno. Esta necesidad sitúa en el epicentro de las políticas formativas la Educación Permanente y los colectivos específi cos; tal es el caso de las personas mayores de 50 años. Este protagonismo ha propiciado la aparición de múltiples y diversas acciones formativas dirigidas a estos colectivos, pero ¿se adecuan estas a las necesidades de este colectivo?, ¿consideran sus preferencias formativas? Por ello, partiendo de un estudio descriptivo y apoyándonos en una triangulación de fuentes de información, instrumentos y metodologías, consideramos imprescindible realizar un análisis de las necesidades formativas de las personas mayores de 50 años. Los resultados nos indican una alta necesidad formativa sentida, una gran implicación en procesos formativos y una buena predisposición a la participación en acciones formativas futuras siempre que se adapten a sus necesidades y expectativas.
