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Gustavo Palomares Lerma 
Las Convenciones de los dos grandes partidos políticos de Estados Unidos, el Demócrata y el Republicano, han dado paso a una campaña electoral en donde prima el sentido del espectáculo sobre las propuestas políticas y donde los méritos morales y familiares adquieren una dimensión determinante, que no tiene parangón con ninguna elección del Viejo Continente. Mientras los demócratas acuden con el tandem Obama-Biden y con la herida aun fresca de los seguidores de Hillary Clinton, los republicanos de Mc Cain apuestan pro el americanismo rancio y el patriotismo neoconservador en estado puro, que representa Sarah Palin, para conseguir una mayoría que asegure su permanencia en el gobierno. Ante este panorama, Obama necesita mantener los apoyos del electorado joven que pide cambios profundos para tener opciones reales de conseguir la victoria.
