En el presente artículo se pretende "derribar" el muro existente entre el agricultor, que por diversas circunstancias adquiere la condición de empresario al contratar trabajadores, y el mundo de la Prevención de Riesgos Laborales (PRL).
Otra pretensión es la extensión de la cultura preventiva a todos los ámbitos de la sociedad actual, en particular a las zonas y sectores de población donde, por sus características geográficas y culturales, es mayor la dificultad de implantación de esta cultura preventiva.
Asimismo, se pretende aportar una perspectiva incluida en la normativa vigente para la asunción de la PRL por el empresario y así poder optar por realizar las actividades preventivas sin necesidad de contratar a un servicio de prevención externo.