La ruptura del contrato psicológico de los funcionarios con la Administración Pública va incrementándose en la medida que los sistemas de ascenso en la carrera profesional van siendo menos objetivos, ya que es sabido que uno de los factores motivadores extrínsecos es la oportunidad de ascenso y promoción y, por tanto, de satisfacción laboral, y lo que predomina en la Administración Pública es la libre designación, lo que está convirtiendo la ruptura del contrato psicológico en un riesgo psicosocial.