Directivos cuyas actuaciones parecen haber estado fuera de control, falta de transparencia en la información, remuneraciones desproporcionadas y un alto endeudamiento de las empresas pusieron un brusco final a la "nueva economía". La crisis ha afectado a los pilares del sistema. Hoy más que nunca hay que defender la necesidad de más y mejor información financiera y la labor del auditor independiente.