Cuando se habla de drogadicto generalmente se asocia a violencia, robo, acción escandalosa y que también rápidamente hay que parar.
Ante esto, es muy frecuente escuchar desde cualquier ámbito de la sociedad indicaciones tipo receta: "ese chico necesita que le pongan límites". "Los adictos no tuvieron límites y hay que ponérselos de cualquier forma". "Que conozcan el límite de la reja, así aprenden". Otros más suaves: "límites y afecto es la mejor terapia".