Javier Duque Daza
Una perspectiva del desarrollo que trascienda lo económico, que asuma las dimensiones materiales y postmateriales del sistema de necesidades de los individuos y de los grupos humanos, y que propugne por la autonomía y la participación (la descosificación del ser humano) se configura como una opción realizativa de los intereses individuales y colectivos y como posible idea rectora del quehacer del trabajo social comunitario.
En esta dirección esbozamos algunas consideraciones respecto a lo que podría ser, más que un perfil ocupacional o profesional, una perspectiva del oficio, asumiendo el trabajo social comunitario como saber orientado a la acción, saber social aplicado, en la cual confluyen varias disciplinas que entran a contribuir en la comprensión de realidades concretas en aras a plantear y realizar acciones colectivas transformadoras � potenciadoras de los sujetos y de los grupos humanos.