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Manuel Area Moreira 
La llegada de los ordenadores a las escuelas , en casi todos los países occidentales, ocurrió en los primeros años de la década de los ochenta. Imitando lo que había sucedido en otros sectores estrstégicosde la sociedad el sistema educativo abordó la tarea de incorporar la tecnología informática a sus centros y aulas. Han pasado veinte años desde entonces y, a pesar de los avances producidos, las tecnologías digitales todavía distan mucho de sser un recurso o instrumento habitual o, en palabras de Gross (2000), invisible en las prácticas de enseñanza-aprendizaje desarrolladas en las aulas. En las páginas que siguen analizaremos algunos de los problemas asociados con el proceso de integración escolar de las tecnologías informáticas. Este proceso esmucho más complejo que la mera dotación de y gestión de los recursos tecnológicos en las aulas y centros educativos, ya que nos enfrentamos a un proceso en el que se cruzan obstáculos de naturaleza histórica, política, económica, cultural y, lógicamente, también pedagógica
