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El proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas españolas se encuentra ante un prominente obstáculo, conseguir un número suficiente de efectivos que garantice su operatividad. Las campañas actuales de comunicación realizadas por el Ministerio de Defensa no han conseguido estimular la vocación militar de los jóvenes españoles, que se encuentra en niveles mínimos, ante lo cual el argumento esgrimido es siempre el mismo: «El salario es demasiado bajo». La realización de un estudio empírico en la ciudad de Zaragoza, evidencia que el problema subyacente no es tanto de carácter salarial, sino de imagen. Problemas asociados con la discriminación, persistencia de una ideología de derechas o la percepción de una función represora, son algunos de los numerosos escollos identificados en la investigación. Además, un número elevado de jóvenes se manifiestan totalmente en contra de la institución militar
