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Redefinir los términos competitivos de un segmento de mercado, de un sector o de un ecosistema global es una enorme tarea. Implica atraer a miles de participantes, galvanizar sus esfuerzos y retener su compromiso en el largo plazo. Hagel, Brown y Davison, de Deloitte Center for Edge Innovation, ofrecen un plan de acción para la titánica tarea de crear una estrategia configuradora a medida que la infraestructura impulsada por la tecnología cambia constantemente.
Los autores se refieren a tres elementos clave que, en todos los sectores, son vitales para una estrategia configuradora. Una visión configuradora, o llamado a la acción para los participantes potenciales, clarifica la oportunidad de mercado, traza un mapa de las fuerzas fundamentales, identifica las recompensas y resalta la naturaleza compartida del riesgo. Bill Gates, por cierto, creó una buena visión para las computadoras de escritorio, y más recientemente Marc Benioff de Salesforce.com hizo lo mismo con el software para empresas. Una plataforma configuradora, como AdSense de Google, define claramente los estándares y prácticas que ayudarán a organizar y respaldar las actividades de muchos participantes, permitiéndoles hacer más con menos. Las acciones y activos configuradores específicos convencen a los participantes de que el configurador tiene la capacidad de lanzar sus iniciativas, como hizo Facebook al publicitar su relación con Microsoft. Los tres elementos juntos permiten que el configurador movilice rápidamente una masa crítica de participantes y, con ello, desate poderosos efectos de red que pueden traer grandes recompensas en tiempos de cambio rápido.
Casi cualquier empresa se puede beneficiar si intenta una estrategia configuradora, dicen los autores, pero reconocen que no todas pueden, en último término, ser configuradoras. Sin embargo, demuestran que al participar en la estrategia configuradora de otra firma, una empresa aun así puede descubrir muchas oportunidades de crear valor.
