Manuel Muela Martín-Buitrago
El comienzo de la crisis financiera en agosto de 2007, cuyas consecuencias son difíciles de prever, ha puesto la atención de la mayoría de los observadores en el desenvolvimiento de las entidades de crédito, ya que están directamente afectadas por la misma. En los meses transcurridos se han producido episodios críticos en el Reino Unido con la nacionalización del Banco Northern Rock, en Francia sacudida por la crisis de su emblemática Société Générale, y en Estados Unidos con la reciente quiebra del banco de inversión Bear Stearns. Cada uno de estos países ha afrontado los problemas con medidas diversas, cuyo denominador común es la intervención directa o indirecta de los poderes públicos para garantizar la liquidez y la solvencia de sus sistemas financieros.