La contundente victoria de Rafael Correa debería hacer reflexionar a las clases dirigentes ecuatorianas que desarrollaron un modelo social y económico en su popio beneficio, distanciado de las preocupaciones y necesidades de la mayoría de la población. Sin embargo, los asambleístas de Movimiento País, el partido del Presidente Correa, no cuentan con un cheque en blanco. Tienen la enorme responsabilidad de no defraudar al conjunto de los ciudadanos y rendir cuentas a sus electores.