La utilización de los sistemas fiscales nacionales como forma de atraer inversiones es probablemente el factor más relevante del Derecho Tributario Internacional de nuestros días. En lo que los anglosajones llaman race to the bottom, los tipos impositivos se han ido reduciendo de forma generalizada. Así, la protección de la integridad de los sistemas fiscales nacionales y el mismo concepto del Estado social parece tener los días contados en un mundo globalizado, donde los paraísos fiscales no sólo ofrecen incentivos fiscales para atraer inversiones, sino que en algunos casos han caído en la tentación de servir de refugio y proteger el fraude fiscal en terceros países, mediante el recurso a la opacidad fiscal. El marco legislativo español no proporciona una definición satisfactoria de paraíso fiscal, por lo que se plantean algunas propuestas de reforma de la ley.