La característica principal de los paraísos fiscales es la ausencia de información. La opacidad total de las operaciones finanacieras que realizan personas o empresas con residencia -real o ficticia- en esos territorios los convierte en lugares muy atractivos no solo para evadir impuestos, sino también para llevar a cabo otros fines delictivos, como el tráfico de armas, drogas e incluso la financiación del terrorismo internacional. Los estados podrían acabar con los paraísos fiscales si se adoptaran medidas internacionales conjuntas para aislarlos económicamente.