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Juan José Escobar Stemmann
Cerca de un millón de los habitantes de España son de confesión musulmana. Aunque mayoritariamente integrados en el país, la creciente presencia del activismo islámico exige una mayor implicación de los poderes públicos en la gestión del islam español. El rechazo explícito a la violencia debe convertirse en una máxima para las asociaciones musulmanas. Deben abandonar la ambigüedad y el doble lenguaje e implicarse más en la lucha contra los discursos comunitaristas que impiden la correcta integración de la población musulmana en España. Estamos aún a tiempo para intentar evitar las experiencias negativas que han sufrido otros países europeos.
