La misión EULEX en Kosovo constituye uno de los mayores retos enfrentados hasta ahora por la Unión Europea. Varios de sus Estados miembros, entre ellos España, no han reconocido la recién autoproclamada República, y resultará difícil compatibilizar esta postura con su participación en la construcción de un Estado de Derecho kosovar. En el caso español, se condiciona la participación de sus funcionarios a la transferencia de las tareas de la misión UNMIK a EULEX previa resolución aprobada por las Naciones Unidas. Esto permitiría a España formar parte de la Acción Común sin tener que realizar un reconocimiento de iure de la independencia kosovar.