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Diego Palacios Cerezales
En el verano de 1975, un año después del golpe que derrocó a la dictadura, tomó posesión un gobierno provisional nítidamente radicalizado a la izquierda. Cama reacción, en el centro y norte de Portugal, una vasta movilización popular anticomunista asedió, asaltó y quemó más de ochenta sedes del Partida Comunista Portugués y de otras organizaciones que se consideraban afines. En este artículo se pretende explicar las condiciones de la movilización y, especialmente, del recurso a un repertorio violento de acción colectiva. Por ello, además de analizar las condiciones que dieran vida al descontento anticomunista, se analizan los factores políticos de la movilización y se explora el papel del Estada en la facilitación o imposibilitación de que el movimiento realizase acciones colectivas violentas.
