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Edward E. Lawler
El hecho de que varios empleados talentosos acaban de abandonar Sambian Partners, ¿es una señal de alerta o mera coincidencia? El más reciente de los desertores de la empresa de arquitectura e ingeniería se rehúsa a explicar a la jefa de recursos humanos, Mary Donillo, la razón por la cual ya no estaba contento. Es más, las encuestas internas a los empleados tampoco revelan mucho. Cuando la CEO Helen Gasbarian se entera de quién podría ser la próxima persona en abandonar la empresa decide ascender a la empleada instantáneamente. ¿Cómo puede Sambian frenar la fuga de cerebros? Cuatro expertos dan su opinión sobre este caso ficticio.
Anna Pringle, jefa de capacidad organizacional de Microsoft, cree que Helen debería preocuparse por la eficacia de Mary, quien no está salvaguardando el talento de la empresa. Helen también debe aprender a escuchar mejor a la gente.
F. Leigh Branham, el CEO de la consultora de recursos humanos Keeping the People, cree que los empleados de Sambian necesitan un foro en el cual puedan expresar abiertamente su descontento. Las discusiones francas pueden revelar cuáles son los "eventos detonadores" que impulsan a las personas a huir.
Jim Cornelius, presidente del consejo y CEO de Bristol-Myers Squibb, enfrentó un posible éxodo de empleados cuando era CEO provisional de la empresa. Aconseja a Helen que efectúe muchas reuniones cara a cara con los empleados más talentosos para asegurarles que entiende sus preocupaciones y anhelos.
Jean Martin, directora ejecutiva del consejo de liderazgo de Corporate Executive Board insta a Helen a que apoye una misión y una cultura con las cuales los empleados se sientan conectados. Explica que aunque las personas se unen a las empresas por motivos racionales, se quedan por razones emocionales. Para cuando los empleados descontentos señalan a sus ejecutivos lo que está sucediendo, suele ser demasiado tarde.
