Es muy probable que el coste de los alimentos se mantenga en altos niveles a medio plazo. El aumento del precio del crudo ha provocado un incremento de la demanda de los biocombustibles y se espera que en los próximos diez años el precio de alimentos básicos como la harina aumente un 2%; el maíz, un 27%; el arroz, un 9% y los frutos secos, un 23%. La producción de los ocho principales países exportadores de cereales, que constituye casi la mitad de la producción mundial, descendió un 4% y el 7% en 2005 y 2006 respectivamente, lo que hace necesario adoptar alternativas a las actuales políticas agrícolas mundiales.