Una de las características principales de la inmigración en España es su alto grado de feminización. Muchas mujeres inmigrantes llegan a España en solitario, buscando mejorar su situación económica, para, con posterioridad, iniciar los procesos de reagrupación familiar. La integración de estas mujeres inmigrantes requiere tener en cuenta las desigualdades sociales y de clase que las afectan, además de otras cuestiones como las culturales, las religiosas o las identitarias.