Se expone la red de las escuelas de primeras letras para niños y de las cátedras de Gramática para muchachos existentes en Cádiz y su obispado en el siglo XVIII. Las Constituciones Sinodales preveían una enseñanza elemental precaria en las iglesias parroquiales, pero el peso importante de ambos niveles era llevado por los religiosos.Se destaca en Cádiz la labor del Colegio de los jesuitas hasta 1767 y la de los dominicos.Se hace un recorrido del territorio diocesano indicando los religiosos, que como agustinos, franciscanos, mercedarios y mínimos dedicaban parte de su tiempo a la instrucción. Se estudian con más detenimiento las escuelas de primeras letras del Hospicio de franciscanos observantes de la Isla de León. Apenas se acusaron las reformas ilustradas, salvo algo más en las Escuelas Reales de la capital