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María Dolores Montávez Garcés, María del Carmen Díaz Roldán, Oscar Bajo Rubio
En los últimos años se ha producido un renovado interés por el cre-cimiento económico y sus posibles factores determinantes, entre los cuales ocupan un lugar prominente las políticas públicas y en particular la política fiscal. En general, las conclusiones de la literatura sobre política fiscal y cre-cimiento no son del todo evidentes, lo que podría estar relacionado con el hecho de que diferentes instrumentos de política Ascal podrían tener conse-cuencias opuestas sobre el crecimiento: por una parte, una mayor interven-ción del sector público en la economía tenderla a promover el crecimiento (directamente a través de la función de producción agregada, e indirecta-mente a través de sus efectos sobre la productividad del sector privado); pe-ro, por otra parte, unos impuestos más elevados y una mayor regulación afectarían negativamente al crecimiento. Ello, a su vez, apuntarla a la relevan-cia de la composición del presupuesto público, y no tanto de su tamaño.
El objetivo de este trabajo será proporcionar una nueva evaluación de los efectos de la política fiscal sobre el crecimiento económico, desde el punto de vista del gasto público. Dado que la mayor parte de la literatura empírica sobre política fiscal y crecimiento no se basa en un marco teórico explícito, añadiendo únicamente una variable aproximativa del tamaño del sector público a una ecuación de convergencia frecuentemente ad hoc, en este trabajo desarrollamos en primer lugar un modelo teórico, basado en Bajo-Rubio (2000), donde la función de producción incorpora solamente aquellos componentes del gasto público que cabria esperar influirían estric-tamente en el proceso productivo (es decir, el capital público y las transfe-rencias). Tomando una aproximación alrededor del estado estacionario, el modelo darla lugar a una ecuación de crecimiento en términos de las propor-ciones de los factores privados y de los instrumentos de gasto público.
A continuación, se ofrece una aplicación empírica del modelo ante-rior, para el caso de las regiones españolas durante el periodo ( 967-1991. El modelo se estimó en primer lugar para el total de regiones, obteniéndose resultados favorables por lo que respecta al efecto del capital público so-bre el crecimiento, pero no así en el caso de las transferencias. Sin embargo, cuando las regiones se dividían en dos grupos en función de su PIB per capita inicial, se obtenía una asociación positiva con el crecimiento, no sólo por parte del capital público, sino también para la participación de las transferen-cias en el PIB, para el caso de las regiones más pobres.
Los resultados obtenidos tenderían a confirmar el importante papel desempeñado por una adecuada provisión de capital público a la hora de promover el crecimiento económico. Asimismo, nuestra evidencia no apoya-rá la hipótesis de que un aumento de las transferencias personales, en el marco de una expansión del Estado de Bienestar, habría tenido un efecto desfavorable sobre el crecimiento, e incluso se obtenía el efecto opuesto en el caso de las regiones inicialmente más pobres.
