Incluso entre las empresas de Internet, Google sobresale como un emprendimiento diseñado con el objetivo específico de lograr una innovación profusa y rápida. Mucho de lo que hace la empresa se basa en su legendaria infraestructura de TI, pero en Google la tecnología y la estrategia son inseparables y mutuamente permeables, lo que hace difícil decidir si la tecnología es el ADN de su estrategia o viceversa. Como sea, lyer y Davenport, de Babson College, creen que Google bien puede ser el heredero de la era de Internet de empresas como General Electric e IBM como ejemplos a seguir por sus prácticas de gestión.
Google ha gastado miles de millones de dólares creando su plataforma operativa basada en Internet y desarrollando tecnología propietaria que permite a la empresa desarrollar y desplegar rápidamente nuevos servicios, diseñados por ella o por sus socios. Como dueña y operadora de su "ecosistema" de innovación, Google puede controlar la evolución de la plataforma y adjudicarse un porcentaje desproporcionado del valor creado en él. Debido a que cada transacción se realiza mediante la plataforma, la empresa tiene un conocimiento perfecto y continuo de ¿y acceso a¿ la información resultante y es el centro de todos los flujos nacientes de ingresos.
Aparte de la tecnología explícitamente diseñada y construida para la innovación, Google tiene una estrategia organizacional y cultural muy bien pensada que ayuda a la empresa a atraer a las personas más talentosas en el país y mantenerlas trabajando con tesón. Por ejemplo, Google incluye un tiempo presupuestado para la innovación en la descripción de los trabajos, elimina la fricción de los procesos de desarrollo y cultiva un gusto por el fracaso y el caos.