Es cierto que muchas empresas disponen de centros de investigación o de equipos dedicados al desarrollo de productos esparcidos por todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de las veces, cada una de esas unidades se centra en aprovechar los conocimientos que tiene a mano. Incluso los llamados �centros de excelencia� tienden a estar dominados por el pensamiento y las tecnologías disponibles en los países en los que se encuentran. Pocas veces las actividades de innovación integran conocimientos particulares procedentes de cualquier parte del mundo tan eficientemente como las cadenas de suministro.