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Las grandes organizaciones son por naturaleza complejas, pero a lo largo de los años, nuevos desafíos empresariales han conspirado para agregar nuevas capas de complejidad a la forma en que las empresas se estructuran y gestionan. Las organizaciones se hacen cada vez más ingobernables e inmanejables: el desempeño está en declive, las responsabilidades no están claras, los derechos para tomar decisiones son ambiguos y los datos se fragmentan una y otra vez. Para evitar la frustración e ineficacia, los ejecutivos deben atacar las causas de la complejidad en sus empresas.
Ashkenas y sus socios en Robert H. Schaffer & Associates han trabajado con docenas de empresas para ayudarles a desarrollar estrategias para simplificar. En este artículo, el autor describe en detalle los elementos de una estrategia simplificadora: racionalice la estructura; recorte productos, servicios, y prestaciones; construya procesos disciplinados; y mejore los hábitos de gestión.
La experiencia de ConAgra Foods muestra cómo una empresa se reestructuró mediante la cuidadosa ejecución de una estrategia de simplificación. El proveedor de alimentos envasados había generado un tremendo éxito al adquirir conocidas marcas para luego permitir que operaran de forma autónoma, lo que generó una organización de US$ 14.000 millones con más de 100 marcas. ConAgra, sin embargo, no contaba con un método común para reportar, rastrear o analizar los resultados. Con el tiempo se transformó en una empresa sumamente inmanejable, repleta de ineficacias e incapaz de comunicarse adecuadamente con los inversionistas y otros stakeholders. Cuando en 2005 asumió el CEO Gary Rodkin, invirtió en una serie de iniciativas destinadas a combatir la complejidad. La táctica no sólo hizo la vida más fácil para los clientes y los empleados pero también ahorró millones de dólares en costos. Este artículo cuenta con un cuestionario interactivo que le ayudará a evaluar el nivel de complejidad de su empresa.
