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Durante más de medio siglo el ordenamiento económico-social en los diferentes países se ha centrado en un amplio despliegue normativo dominantemente orientado al establecimiento de normas, de carácter técnico-instrumental, que regulan contractualmente las relaciones entre las personas y entre estas y las instituciones. Esta orientación funcionalista de las normas difículta la globalizactón y la apertura y dinámica tecnológica en los procesos de transformación de las empresas y de las economías. La búsqueda de la orientación de las políticas y de las instituciones hacia la persona constituye la única respuesta para la transformación, "reformas", que tan seriamente vienen frenando estos procesos de cambio hacia la flexibilidad y desarrollo de las personas y de sus instituciones. Solamente en una orientación a valores y principios se pueden generar espacios para compartir objetivos y medios.
For over half a century and in many different countries, the socio-economic order has concentrated upon creating a wide range of regulation whose orientation has been predominantly that of establishing technical and instrumental norms to regulate the relationships between individuals and institutions. As well as hampering globalisation, this functionalist orientation also hampers the opening-up of societies and markets and the technological dynamics in the transformation of both businesses and economies. Seeking to orient themselves towards the individual has been the only response of both policies and institutions to transformation - creating "reforms" whose only effect has been to apply the brake on those processes of change that lead to flexibility and development. Only an orientation towards values and principles can generate the spaces necessary which can be shared by both aims and the means of achieving them.
